Spoilers de Unpacking (WitchBeam, 2021)
Unpacking pasa desapercibido por dos razones.
La primera por la clara minusvaloración por lo que es: un
juego de ordenar. Algunos jugadores, lo mirarán por encima del hombro por su
propuesta simple. Incluso puede que se llegue a una cierta condescendencia
calificándolo de "juego no tradicional" pero sin tomárselo nunca
verdaderamente en serio*,
por su duración, carencia de ‘game over’, etc. Es una doble moral, lo que es Unpacking
le concede a la vez inmunidad a la hora de ser criticado, pues no es
convencional y es desenfadado, pero a la vez nunca va a estar entre los tops
del año ni va a ser considerado un gran juego como los triple A. ¿Y cómo va a
serlo? No tiene acción, ni intrigas, ni hace que te comas la cabeza, ni existe un conflicto y por no tener no tiene ni una historia que te cuenten claramente. En
mucho de los casos los que tienen este planteamiento directamente no encuentran
placer en el hecho de ordenar y decorar o aluden a lo poco divertido que es
mudarse. Punto de vista entendible pues, como he dicho, lo que Unpacking
es le limita a sí mismo, no pudiendo conectar con aquellas personas que no
disfruten de su mecánica principal a la vez que el ‘setting’ puede espantar a
otros, pues el estilo de vida y cultura que presenta también es una muy
concreta, de países desarrollados/occidentales.
La segunda por como sus propios creadores presentan su
juego, "A zen puzzle game about unpacking a life" dicta su página web**,
una experiencia relajante de ordenar una casa a la que te acabas de mudar. Ahí
entran los deseos y obsesiones que todo el que haya jugado a los Sims conoce:
el placer de ver cómo van encajando los objetos en tu habitación y como queda
todo perfectamente ordenado. La broma del juego ideal para gente con TOC se
escribe sola. Incluso algunos han comparado Unpacking con Tetris***,
dando a entender la superficialidad de este argumento, de partida los dos
juegos parecen ir de encajar piezas en un espacio, pero hay algo que los
diferencia fundamentalmente, el tiempo de respuesta. Por lo tanto este
acercamiento, aunque valora positivamente el juego, creo que acaba
minusvalorando la obra por la propia superficialidad de su enfoque a lo Marie
Kondo, si acaso encandilándose de la historia que surge de fondo por simple
empatía.
A mi entender Unpacking tiene dos grandes fuertes.
Para empezar, y creo que sin quererlo los autores, Unpacking
viene a representar la generación actual ‘millenial’/’zoomer’. El momento que la protagonista vuelve a su casa después de sus
intentos de independización representa la frustración de los jóvenes actuales
que veían el futuro con ilusión y son arrollados por la realidad. Puede que sea
un tema ya tocado en otras generaciones, pero Unpacking se inscribe en
una tendencia actual, sobre todo en videojuegos****.
Por otra parte, la visión del apartamento, casi como un santuario comparado con
lo que nos espera en el exterior, es también un gran reflejo de nuestra
generación. La referencia anterior a los Sims no era una broma, hay un deseo
creciente entre los jóvenes que buscan tener su propio espacio, aunque sea
minúsculo. He perdido la cuenta de los conocidos que me han dicho (y yo mismo
he dicho) que vivirían contentos en un apartamento claustrofóbico si al menos
tuvieran su privacidad. No es otra cosa que un pequeño santuario donde
sentirnos refugiados frente al caos de la vida moderna. Es literalmente orden
contra caos. Es innegable que hay un cierto escapismo en este pensamiento,
pensamiento que comparte Unpacking y otros juegos de su tendencia como Animal
Crossing y Stardew Valley, son juegos confortables que te hacen
tener un cierto control en un entorno que haces tuyo. Unpacking es más
valioso pues pone ese escapismo en un contexto concreto y sin querer muestra la
realidad de una generación disgustada con la sociedad.
El segundo fuerte, y para mí el más interesante, es el acercamiento
a una vida a través de los objetos personales de esa persona y por lo tanto,
una obra nunca profunda por su planteamiento pero si enriquecedora, como ver
una cara a través del reflejo de un espejo. Nunca comprendemos bien a la
persona de la que ordenamos su cuarto, precisamente porque solo la conocemos
por sus pertenencias, incluso los objetos que ponemos son unos que solo
conectan con los hobbies, el trabajo o las necesidades hogareñas de esa
persona, con eso no te vale para conocer a alguien de verdad. Hay ciertos
objetos que si tienen más profundidad del simple hobby: la fotografía del amor
fallido de la protagonista, que solo dura una mudanza, o la figurita que tarda
varias mudanzas en pintar. El juego no intenta condensar una vida en puro materialismo,
nos pone algunos objetos por delante y nos deja libre imaginación, es increíblemente
enriquecedor el ver una vida no directamente sino por el rastro que deja atrás,
hay cierta melancolía en ver las vivencias indirectas de una persona. Unpacking
es a la vez juego materialista y juego íntimo, conceptos por un lado
contrapuestos pero que no carecen de cierta verdad. Pudiera pensarse que en la
época materialista en la que vivimos un juego como este encaja perfectamente,
pero es que desde hace siglos la concepción animista de los objetos ha
existido. Lo que Unpacking va no es a decir que los libros, videojuegos
y demás hobbies que guardes durante años son importantes y representan una
vida, lo que viene a decir es que el hecho de que los conserves y pasen tiempo
contigo los hace valiosos (ejemplo es el peluche del cerdito), nosotros
conferimos importancia a esos materiales y sin duda, las personas que conocemos
viven a través de los objetos que conservamos de ellos. Es el doble de
estimulante cuando tenemos en cuenta las veces en que la protagonista tiene que
decorar su apartamento, teniendo en cuenta la presencia de otros: compañeros de
piso, familia, pareja, etc. Esto entronca con lo dicho anteriormente de la
creación de un santuario. Aquí Unpacking se muestra más complejo pues
señala la necesidad de vivir con otros, no basta con crearte tu agujero ideal
alejado de todos, siempre vas a tener que adaptarte a otros, puede que salga
mal (primera relación) o que encuentres alguien con el que compartir ese hueco
(segunda relación). El momento en el que en la última casa las cajas de mudanza
combinan los objetos de la protagonista y su pareja es clara representación de
que lo importante no es crear tu espacio, es compartirlo.
Ya sea por su acercamiento a una vida privada a través de
una habitación o como testimonio de la juventud del siglo XXI, Unpacking
tiene valor por sí mismo, su propia naturaleza puede ser limitación para
algunos, pero su imperfección es precisamente lo que lo hace valioso. Es un
cuarto desordenado, pero tiene mucho más carisma y encanto que otros cuartos
más grandilocuentes.
*** Análisis en VidaExtra.
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